¡Sacad vuestras mejores copas y brindad!,
hacedlo con un vino añejo de la mejor bodega,
brindad por las noches de lujuria y libertad,
ahogad vuestra decencia en la barra de cualquier bar,
brindad por mi esclavitud y mis cadenas.
Yo brindaré con copa vacía, prejuicios entre mis dedos,
lo haré por vosotros, por la momentos que no volverán,
en honor a tiempos de pena y dolor...
no me importó saber quién fui o quién soy,
esclavo y cadenas a la entrepierna.
¿Por qué preguntáis quién seré?
No tengo sed, tampoco me gusta lo que me ofrecéis de beber.
Quizá algún día brindemos juntos, quién sabe...
¿Homicidio de la razón?
Me gustaría que en esta actualización os armaseis de voluntad y valentía y expusierais vuestra opinión no solo de lo ya leído, sino también acerca de la pregunta moral que lanza:
¿Muerte a la razón o Esclavo y cadenas?
