19 mayo 2009

El Silencio Del Tahúr / Prólogo


Tras un largo y agotador día de travesía, Tahúr se alejó un poco del camino para descansar bajo la sombra que le ofrecía un viejo manzano, dejo su pesada mochila junto al árbol y se apoyo sobre ella. Allí permaneció algunas horas contemplando a las aves que iban a visitar al cansado manzano y a un sol anaranjado que emprendía su huida entre las montañas del valle.

De repente una silueta de mujer apareció entre la espesura rompiendo la serenidad del paisaje, tan bella que parecía haber descendido desde el mismísimo Olimpo, una mirada improvisada le bastó para recubrir de complicidad el momento… ¿Quién era?, ¿De dónde era?, ¿Por qué estaba allí? Cientos de preguntas emanaban de la cabeza de Tahúr, mas pensó que debía dejar jugar al silencio, pareció retardar el momento, sin embargo el tiempo no esperó al momento, ni al silencio, ni a la complicidad, ni la mirada… ni siquiera detuvo a aquella mujer que se diluyó entre el bosque.

Hacía tiempo que no se había sentido tan vivo, la soledad que le acechaba en el camino no se lo permitía, su camino estaba lleno de silencios, silencios de miedo, de autentico pánico, silencios de valor, de creer, de poder, silencios en los que le sobraban tantas palabras, incluso silencios de verdad y otros tantos más de mentira, de pura infamia… pero sin duda este había sido un magnifico silencio, no hacía falta pensarlo solo con haberlo vivido era suficiente, este era su silencio, dueño como el de tantos otros, pero de este era dueño porque él había querido que fuese así, cómplice, al que le había mostrado su mano ganadora.


..Tahúr..


"Si no entiendes mi silencio, no podrás entender mis palabras"
Anónimo



-Prólogo-

Descendió hasta el dulce y cálido averno para responder a la reiterada llamada de la hija de Lucifer, ya sabía el motivo de tanta insistencia, reclamaba los diamantes que había apostado y perdido en cierta partida de naipes. Se postró ante su trono y quiso entregarle su razón en una bandeja de plata, su honor, a cambio de sus valiosos diamantes, aun así ella no accedió y fue él quien acabo haciéndolo, entregándole gran parte del botín.

Al salir de allí, delante de las puertas del infierno mil tormentas precipitaban sobre Tahúr. Había perdido los diamantes que tanto le costaron conseguir, que con tanto esfuerzo había hallado, y que en más de una ocasión consiguió apostando su propia alma, pero en realidad aquello no era lo que le torturaba con mayor fuerza... se sentía aun mas desolado por su estúpida actitud, había puesto en peligro su vida, poner su cabeza bajo los pies de la mismísima hija del diablo...¡Qué insensatez!, nunca mejor dicho qué insensatez...sin embargo se encontraba más mortal que nunca, más vivo que cualquiera, le consolaba el haberlo hecho por el sacrificio que contenían aquellas piedras brillantes.

Huir no entraba dentro de sus opciones...pero tampoco podía regresar a su castillo, no podía sostener los muros de aquel lugar sin el codiciado valor de los diamantes. Regresó, tan solo para recoger las pocas pertenencias y recuerdos que le quedaban allí, y tuvo que partir al exilio con la idea de que algún día volvería por aquellas tierras, ahora ajenas a él, cargado de nuevos y deslumbrantes diamantes.




11 mayo 2009

Cada paso, cada puerta y cada calle...


En cada paso que levanto ya no me espanto, mi cuerpo se desgasta, el tiempo me desgasta, todo se esfuma, perece… va quedando por el camino pero la verdad es que el recuerdo siempre viaja conmigo.

Deje de hacer trampa porque me caía más peso en la espalda, y ya tengo suficiente con el que recoge esta mente, que comienza a despertar de repente, exhausta cada vez que se levanta pero no me alarmo porque siempre descanso para después alzar mi bandera en el mástil de la mejor madera.

Ya casi ni me asomo por las cerraduras suele estar todo a oscuras, escucho voces tras esas puertas inciertas, pero ni siquiera los que están al otro lado tienen la llave, no tienen la clave…están a oscuras, solo iré a susurrarles porque cuando grito suben aun más alto el volumen de sus conciencias llenas de turbulencias,construidas sobre un engaño que al final dirige al mismo rebaño.

Sigo, camino y toco, toco con mi suela sobre los colores de una acuarela y pinto cada calle con detalle para lograr que nadie calle, no quede indiferente cuando les abro las puertas de mi mente, espero que la garganta no me estalle cuando falle el oído de los que ni si quiera me escucharon.

..Tahúr..